“Así como el emprendedor empresario es un optimista (y ese rasgo de personalidad es para él una ventaja comparativa), el Abogado tiende hacia el pesimismo (…)”.
El siguiente artículo corresponde a un comentario del Sicólogo estadounidense Martín Seligman, pero vale aclarar que es una simple observación de ese autor. Un fragmento del comentario se transcribe a continuación:
“He estudiado unas 30 profesiones diferentes para ver la relación entre el optimismo y el éxito, y sólo hay una en que los pesimistas tienen más éxito: LOS ABOGADOS.
A los Abogados se les forma para que sean agresivos, sentenciosos, intelectuales, analíticos y poco afectivos, lo cual tiene consecuencias emocionales predecibles: depresión, ansiedad y enfado.
Así como el emprendedor empresario es un optimista (y ese rasgo de personalidad es para él una ventaja comparativa), el Abogado tiende hacia el pesimismo. Estudiar derecho presupone y refuerza el pesimismo, puesto que la misma norma que es el objeto de estudio se formula sobre la suposición que los hombres dañarán a otros, que los contratos no se cumplirán, que el poder tenderá a oprimir las libertades individuales.
En muchos casos los Abogados más dotados son los que mejor capacidad tienen para entrever todos los hechos negativos que podrían suscitarse en el futuro, y calcular sus efectos para aconsejar a su cliente. Pero esto también trae costos personales, en la medida en que marca un patrón de comportamiento que se transmite a la vida personal, haciéndolos más susceptibles a los patrones de riesgo depresivo.
Para los Abogados, el pesimismo es virtuoso en su profesión, pero potencialmente dañino para su carácter”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario