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| ACOSO INMOBILIARIO O BLOCKBUSTING |
El acoso inmobiliario es un conjunto de prácticas antisociales basadas en el acoso y abuso para forzar que alguien abandone el inmueble en que habita. Estas prácticas se aplican generalmente contra inquilinos, aunque también existen casos contra propietarios de inmuebles con el objeto de presionarlos a vender sus posesiones inmobiliarias.
El antecedente de esta práctica como política inmobiliaria se origina en Estados Unidos por parte de empresas dedicadas a bienes raíces, para presionar a propietarios de inmuebles en zonas residenciales a abandonar sus casas ante la presencia masiva de grupos de personas consideradas indeseadas. Estas políticas de acoso fueron conocidas como “blockbusting”.
En la práctica, suelen observarse las siguientes acciones por parte del acosador inmobiliario:
* Negativa a cobrar la renta o alquiler del inmueble.
* Negativa a efectuar arreglos tendientes al mantenimiento del inmueble.
* Obstaculizar el acceso a suministros básicos del inmueble.
* Actos de hostigamiento y violencia contra la victima a través de terceros
*Cambiar las cerraduras mientras los inquilinos no se encuentran en la vivienda.
Por su parte, la legislación penal española define el acoso inmobiliario como reiteración de actos hostiles o humillantes que, sin llegar a constituir trato denigrante, tengan por objeto impedir el legítimo disfrute de la vivienda.
En este sentido, podemos citar un caso juzgado en España en 2005, en el que un constructor que pretendía hacerse con la completa propiedad de un edificio de cuyo piso superior ya era dueño pero como los propietarios inferiores no estaban dispuestos a vender, recogió a unos gitanos de la calle y los alojó en su propiedad. Éstos, comenzaron un hostigamiento sistemático contra sus vecinos (abrían los grifos para inundarles, les echaban basura, rayaban los vehículos, amenazaban, robaban e incluso intentaban contaminar con materia fecal). Es decir, el constructor pretendía que estas personas perpetrasen cuantos daños fueren necesarios en el patrimonio de sus vecinos hasta que estos, cansados, cedieran a vender sus propiedades.
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